La necesidad de una baja en el item de producción para los marineros sigue siendo un tema de debate en el sector pesquero, pero sin una propuesta formal sobre la mesa. Mientras algunos empresarios explican que los costos de producción superan los precios de venta y necesitan ajustes para sostener la actividad, desde el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) insisten en que no han recibido ninguna notificación oficial y que la discusión solo se da a través de los medios.
César Zapata, delegado del SOMU, rechazó que exista un acuerdo en marcha: «Estamos preocupados porque se le está metiendo en la cabeza al marinero que vamos a ir un 30% a la baja. Todo por dichos periodísticos de un empresario, que es el que está poniendo en vilo a todos los trabajadores de la pesca», expresó.
El sindicato sostiene que hasta el momento no hubo una presentación formal ante el Ministerio de Trabajo que plantee una reducción de los valores de producción. «Legalmente no tenemos nada, no hay nada firmado, nunca expusieron ante el Ministerio de Trabajo que querían ir a la baja», aseguró Zapata.
El sector empresario, por su parte, viene planteando en distintas instancias y voces variadas la necesidad de revisar los costos operativos para evitar un colapso económico. Explican que el costo para salir a pescar es insostenible frente a un precio de techo de venta que no llega a los 6 dólares.
En cuanto a las negociaciones salariales, el convenio colectivo vigente vence el 31 de marzo y las discusiones paritarias se podrían empezar a dar a partir de abril. «Solo vamos a tratar los ítems fijos. No vamos a hablar ni del convenio ni del valor del pescado», aclaró el delegado del SOMU a REDES AL MAR.
Más allá de la discusión entre empresarios y gremios, el sector pesquero sigue señalando la carga impositiva como un factor importante en la rentabilidad. Desde el SOMU, sostienen que la solución no debería pasar por el salario de los marineros. «Creemos que esto tiene que ser bajar los impuestos o algo, eso va a depender del Gobierno, no tiene que tocarse el bolsillo del trabajador», planteó Zapata.