La industria pesquera argentina enfrenta una crisis sin precedentes debido a la fuerte caída en el precio internacional del langostino, lo que pone en peligro la próxima temporada en aguas nacionales. Fernando Álvarez Castellano, presidente de Conarpesa, advirtió que si no se ajustan los costos de producción, muchas embarcaciones no saldrán a pescar para evitar operar a pérdida.
Álvarez Castellano explicó que la baja en el precio del langostino ya lleva dos años y que los valores actuales son insostenibles para las empresas del sector. “Cuando se establecieron los precios de producción, el langostino valía 12 dólares el kilo. Hoy está a 6 dólares, pero los costos laborales y operativos siguen siendo los mismos”, señaló.
El empresario aclaró que no se trata de reducir los salarios básicos de los trabajadores, sino de ajustar el valor de producción que se paga a la tripulación, dado que el 60% de los costos de un barco corresponden a salarios. “No podemos seguir pagando el mismo valor de producción cuando el precio del producto cayó a la mitad. Nadie puede operar a pérdida de manera indefinida”, enfatizó en diálogo con Radio Chubut.
UNA DISCUSIÓN QUE SE TENSA CON LOS GREMIOS
La discusión con el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) y otros representantes sindicales ya comenzó y promete ser tensa. Desde el gremio rechazan cualquier modificación en el esquema de pagos y denuncian que se intenta aplicar un “lockout patronal” para presionar por una reducción salarial.
“Si los números no cierran, la flota va a quedar parada y habrá conflicto. No se trata de una medida extorsiva, sino de una realidad económica”, explicó Álvarez Castellano. Según el empresario, muchas empresas con flotas congeladoras ya vienen acumulando pérdidas y no pueden continuar operando bajo estas condiciones.
El dirigente empresarial también criticó la falta de información por parte de algunos sectores sindicales sobre la realidad del mercado internacional. “Se dice que el langostino argentino se vende en España a 20 euros, pero cuando vamos a los supermercados vemos que el precio de venta es de 8 euros. Hay que viajar y ver la realidad antes de hablar”, sostuvo.