El secretario de Pesca de Chubut, Andrés Arbeletche, lanzó un claro mensaje al sector pesquero: el milagro del langostino llegó a su fin y, con ello, la necesidad de firmar acuerdos salariales antes de dar inicio a la temporada en Rawson se vuelve absoluta. En un escenario de incertidumbre económica y conflictos gremiales, Arbeletche, a horas de la reunión convocada para mañana, no dejó lugar a dudas sobre las condiciones necesarias para garantizar una temporada sin sobresaltos. “Hay que cambiar las formas en que se negocian las paritarias”, subrayó.
La reunión multisectorial será este martes en Rawson, entre cámaras, sindicatos y gobierno provincial, y busca anticiparse a los conflictos y asegurar un arranque ordenado y consensuado.
«Lo que nosotros estamos haciendo es convocar a todos los partícipes del sector, a todas las cámaras y a los gremios, pero más pendientes en miras a la temporada de provincia que se nos viene dentro de dos meses y que queremos tener todo listo y sin conflictos antes de que esto suceda», afirmó Arbeletche.
EL FIN DEL MILAGRO DEL LANGOSTINO
La preocupación principal de Arbeletche radica en la próxima temporada provincial, donde el langostino enfrenta un panorama por lo menos sombrío: «Nos preocupa mucho lo que va a suceder en la temporada provincial. La situación del langostino es mala, el milagro del langostino se acabó. Hoy el precio es muy bajo, la demanda es escasa y, paradójicamente, hemos tenido una temporada de Nación que es récord, absoluta, tallas del 41% del L1, gran abundancia. Se evidencia que va a continuar así hasta octubre y esto va a repercutir en lo que es la temporada de provincia. Es decir, vamos a tener plantas con mucho stock y en un contexto internacional de poca demanda y falta de precio va a hacer que la situación sea más complicada para nosotros», detalló en diálogo con Radio Chubut.
La referencia al fin del «milagro del langostino» marca un punto de inflexión: «Hoy tiene un precio bajo, hoy tiene poca demanda. China, que era el monstruo que venía a comprar todos los langostinos, ha retrocedido muchísimo en su demanda. El mundo está convulsionado. El langostino se considera un producto premium, con lo cual cuando las familias empiezan a retroceder, a reducir gastos, empiezan por las cosas premium. Con lo cual lo que tenemos que hacer es inteligente: dar las discusiones paritarias, por cruentas que sean, pero siempre trabajando. Si damos la oportunidad de perder mercados, de no trabajar, la va a venir fantástico a otros sectores, como son los productores del vannamei. Mientras nosotros perdemos clusters, ellos estarán recuperando sus nichos», subrayó.
CONDICIONES PARA INICIAR LA TEMPORADA
Arbeletche no dejó margen de duda sobre las condiciones necesarias para el inicio de la temporada. «Desde el gobierno queremos advertir dos cosas: una es la gravedad de la situación y la otra es que no vamos a abrir la temporada de pesca provincial si no están firmados los cinco acuerdos salariales entre las cámaras representativas del sector y los sindicatos. Yo con esto no cargo contra los sindicatos, acá la responsabilidad la tienen las dos partes, las cámaras y los sindicatos», afirmó.
«Si cada uno se ve el propio ombligo, no habrá temporada de provincia», sentenció.
La nueva ley de pesca permite a la Secretaría de Pesca no solo evaluar aspectos biológicos, sino también la paz social: «No podemos volver otra vez a que se empiece a pescar, que haya un paro, tienen de rehén a los temporales, tienen de rehén a los del SUPA, las cámaras abarrotadas, los barcos que tienen que tirar pescado, eso no lo vamos a permitir», enfatizó.
«Preferimos que sea un arranque prolijo o directamente que no haya arranque. Es decir, es una locura lo que ha pasado el último año sobre todo y lo que ha pasado años anteriores también, en los cuales se permite que esto sea el Far West», repitió, entendiendo también los posibles costos políticos del caso.
NUEVO PARADIGMA DE NEGOCIACIÓN
Arbeletche también analizó el complejo contexto macroeconómico que enfrenta el sector pesquero. «También hay que tener en cuenta y algunos actores de la actividad tampoco lo han entendido, no lo comprenden que ha cambiado el país, ha cambiado la situación macroeconómica. No estamos en la misma lógica de hace 20 años. Es decir, con un dólar que sigue planchado, que el gobierno insiste que no lo va a variar. Ese tipo de lógica de negociación ha cambiado, con lo cual también hay que cambiar la forma en que se negocian las paritarias», explicó.
La inflación desbordada, el dólar oficial rezagado y la pérdida de rentabilidad de los exportadores configuran un escenario diferente para la actividad meramente exportadora: «Estamos en una situación macroeconómica que es complicada: una inflación que corre por arriba de la devaluación, un dólar oficial atrasado, que genera que los trabajadores pidan la recomposición del salario conforme la inflación, y los exportadores por el otro lado te dicen que tienen menos rentabilidad y no pueden competir, cada vez perdiendo más rentabilidad hasta llegar a un punto casi de pérdida. Con lo cual, cuando las dos partes tienen algo de razón, las dos partes tienen que estar dispuestas. Si alguna de las dos partes se queda en una posición rígida, es imposible llegar a un acuerdo. También es una de las cosas que queremos transmitir al sector», concluyó Arbeletche.