El Consejo Federal Pesquero aprobó una modificación en las velocidades nocturnas de navegación para la flota langostinera, pero la noticia más relevante del encuentro fue el freno que impuso Chubut a la presión de la Provincia de Buenos Aires para ampliar el límite de tiempo en las mareas. La moción, impulsada por las cámaras empresarias fresqueras bonaerenses, ni siquiera fue sometida a votación ante el rechazo explícito del representante chubutense Andrés Abeletche.
La modificación en el régimen de navegación nocturna para la flota langostinera, establece un nuevo rango de velocidades permitidas entre las 19 y las 7 horas. La idea es mejorar el control y la fiscalización de la actividad pesquera.
Hasta ahora, la normativa prohibía navegar a menos de 6 nudos durante la noche, salvo para traslados entre zonas con las artes de pesca a bordo. A partir de esta actualización, se incorpora un piso mínimo de 2 nudos, ya que velocidades inferiores a ese umbral se consideran incompatibles con una operatoria legal. El cambio fue aprobado por unanimidad.
Presión para ampliar las mareas
La segunda solicitud debatida —propuesta por la representación de la Provincia de Buenos Aires— no corrió la misma suerte. El planteo buscaba ampliar el plazo de operación para los fresqueros más allá del límite actual de 72 horas, argumentando que las inversiones en tecnología, los avances en manejo del recurso y las condiciones operativas justificaban una flexibilización que podría hacer más eficiente la actividad.
Abeletche rechazó de plano siquiera abrir la discusión y expuso con dureza las consecuencias que, a su entender, traería aparejada una medida de ese tipo. En su intervención, criticó duramente la posibilidad de extender las mareas al sostener que, lejos de mejorar la competitividad, una medida de ese tipo deterioraría la calidad del producto. Según argumentó, el aumento del esfuerzo pesquero derivaría en mayores niveles de descarte y un producto final de menor valor comercial, lo que «generaría una mayor oferta de un producto más barato, menos divisas para el país, menos ganancias para las empresas y sueldos más reducidos para los trabajadores».