La decisión de Santa Cruz de suspender la prospección de langostino en el Golfo San Jorge puso nuevamente en evidencia las tensiones entre provincias vecinas sobre el manejo de este recurso estratégico. Con pocos barcos interesados en participar y un trasfondo de intereses políticos, el operativo se detuvo antes de comenzar. En Chubut, las críticas a la medida resuenan tanto en el sector pesquero como en las autoridades locales, quienes insisten en la necesidad de un manejo consensuado y sostenible de los recursos compartidos.
El plan de Santa Cruz buscaba explorar las aguas jurisdiccionales del Golfo San Jorge para evaluar la situación del langostino en esa área. El operativo, programado para iniciarse con dos embarcaciones y extenderse por tres días, no buscaba más que presionar por una ampliación del cupo de captura asignado por Nación. Actualmente, la provincia cuenta con 3.500 toneladas, un número que las autoridades consideran insuficiente para sostener a las empresas locales, muchas de las cuales carecen de cupos propios. Sin embargo, la falta de adhesión de los barcos convocados terminó por frustrar el intento.
Chubut alza la voz
Desde Chubut, la respuesta no se hizo esperar. Andrés Arbeletche, secretario de Pesca de la provincia, manifestó su rechazo y solicitó un encuentro urgente con representantes de Santa Cruz. Aunque los detalles del encuentro no se hicieron públicos, trascendió que el tema también sería tratado en la primera sesión del Consejo Federal Pesquero, aún sin fecha confirmada.
La postura de Chubut es la defensa como principal productor de langostino en el país. Cualquier decisión unilateral que afecte al Golfo San Jorge, una zona compartida y delicada, podría generar desequilibrios en la actividad pesquera regional.
El antecedente más cercano a este conflicto data de abril del año pasado, cuando el sector pesquero de Chubut ya había advertido sobre las posibles tensiones generadas por la falta de consenso. En aquel momento, las señales de alarma fueron desoídas, pero la reciente suspensión parece confirmar los temores.
Mientras las autoridades de Santa Cruz intentan justificar su estrategia como una necesidad económica, desde sector empresarial cuestiona la iniciativa, al entender que el langostino de esa zona es demasiado pequeño y no tiene mercado.
El langostino es una pieza clave de la economía regional y, como tal, requiere decisiones basadas en criterios científicos.