Después de casi ocho años en el agua, el pesquero Sagrado Corazón tiene los días contados en el río Chubut. La Prefectura Naval Argentina dio un ultimátum para removerlo y evitar que siga siendo un peligro para la navegación y el medio ambiente. La orden: si en 30 días nadie se opone con argumentos sólidos, la embarcación será retirada.
El barco, de 23 metros de eslora, se hundió el 21 de agosto de 2016 en medio del canal de navegación. Desde entonces, quedó ahí, como un obstáculo flotante que debía haber sido retirado por sus dueños. Pero la empresa marplatense Pennisi, Bonaccorso y Malvica S.R.L. no cumplió con los plazos y, a pesar de los pedidos de Prefectura, el Sagrado Corazón siguió varado.
Ahora, con la disposición oficial DISFC-2024-1330-APN-PNA#MSG, la Prefectura tomó cartas en el asunto. Se notificó tanto a la empresa propietaria como a cualquier persona o entidad con interés legítimo en el barco. Si nadie presenta una oposición justificada en el plazo establecido, la Dirección General de Puertos de Chubut tendrá luz verde para removerlo y llevarlo a tierra firme.
La decisión se basa en la Ley de Navegación, que en su artículo 389 establece que cualquier embarcación hundida que represente un peligro debe ser retirada. El Sagrado Corazón encaja perfectamente en esa categoría. Además de ser un riesgo para los barcos que circulan por el canal, su permanencia en el agua podría generar contaminación.
La medida lleva la firma de tres altos mandos de Prefectura: el Subprefecto Nacional Naval, Alejandro Pablo Annichini; el Director General de Seguridad Marítima y Portuaria, Carlos Esteban Salaburu; y el Director de Policía Judicial, Protección Marítima y Puertos, Guillermo Figueredo.
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Este naufragio fue el resultado de una serie de malas decisiones. El capitán del barco intentó ingresar al río Chubut en plena bajamar, un error que terminó con la embarcación hundida. Pero la Prefectura de Rawson tampoco evitó la maniobra, dejando que el pesquero entrara a una zona peligrosa sin las condiciones adecuadas.
Ahora, con esta nueva disposición, todo apunta a que el Sagrado Corazón finalmente dejará de ser un problema en el río Chubut. Resta ver si en los próximos días alguien intentará frenar su remoción o si, después de tanto tiempo, el barco será sacado de una vez por todas.