La Asociación Argentina de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca (Aacpypp), que lidera Jorge Frías, decidió hoy el estado de alerta y no iniciar las tareas de captura de calamar y langostino si «no se reconsidera de forma previa» el «impacto que desde hace muchos años tiene en los ingresos de los trabajadores del sector la cuarta categoría de Ganancias».
«El gobierno de Mauricio Macri mintió y prometió en su momento la eliminación del Impuesto a las Ganancias a los trabajadores y, al igual que ahora, solo elevó el mínimo no imponible por debajo de los haberes garantizados del personal de la pesca», aseguró.
Un documento firmado por Frías sostuvo hoy que desde hace años «los trabajadores son obligados por el sistema a percibir el salario de forma cada vez más marginal y, el porcentaje en negro, es cada vez más grande en procura de no pagar el impuesto».
Frías aseguró que «el sector empresario no es el responsable sino una víctima más de un sistema que provoca la desigualdad fiscal patronal, por lo que la responsabilidad de lo que ocurre en este sentido debe atribuirse a la inacción de gobiernos y funcionarios», afirmó.
Además, el dirigente reseñó que el gremio presentó «innumerables notas» a varios funcionarios, presidentes, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y medios de comunicación, y «ni siquiera fue escuchada la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) con su permanente reclamo por el ‘maldito impuesto'».
«Los trabajadores de esta actividad no saldrán a pescar y dejarán así de producir más de 2 mil millones de dólares para el país porque se los ignora. Fueron incluidos como ‘esenciales’ durante la pandemia y cumplieron sus tareas aún más duramente para ser parte de la ayuda que necesitaban todos los argentinos, pero continúan luego de muchos años siendo excluidos de la excepción de un tributo regresivo», puntualizó el sindicalista.
Frías añadió que ese impuesto «desalienta la producción y obliga a abonar el 35 por ciento de los salarios y todos los demás gravámenes que tributan los trabajadores, con lo cual solo el 45 por ciento del ingreso y la producción son llevadas a sus hogares».
«También los trabajadores de la pesca tienen que aceptar denigrantemente cobrar parte de los salarios en negro y en cuevas de dinero, lo que es contrario a la dignidad», remarcó.
Además, con este sistema «el Gobierno recauda menos, porque las empresas y los trabajadores que evaden lo hacen por valores mayores a la recaudación impositiva», dijo el gremialista, quien rechazó «el delito de evasión fiscal» y ratificó el estado de alerta.
«El gremio analiza la posibilidad de no iniciar la inminente temporada de langostino en la provincia de Chubut y la próxima de calamar. Ganancias es un flagelo. La industria pesquera representa 40 mil empleos y genera casi 1 millón de toneladas de alimento. Es una de las actividades más peligrosas del mundo, ya que obliga a enfrentar la naturaleza del mar y padecer riesgos físicos, cansancio extremo y desarraigo familiar», concluyó.