En la antesala del debate parlamentario, el oficialismo dio un golpe de timón en la controvertida Ley Ómnibus impulsada por el presidente Milei. La noticia principal: la supresión completa del capítulo referente a la reforma de la Ley de Pesca, un movimiento estratégico que responde a las crecientes tensiones entre el gobierno y los sectores empresariales y sindicales vinculados a la industria pesquera.
El presidente de la Cámara, Martín Menem, anunció esta decisión antes de la apertura formal de la sesión, destacando que tras varias negociaciones se acordó eliminar los artículos del 211 al 220 del dictamen de mayoría aprobado en comisiones la semana pasada.
UN BUEN MOMENTO DE REFLEXIÓN
Desde el inicio, la industria pesquera expresó su firme rechazo a la Ley Ómnibus, argumentando que, de implementarse, tendría consecuencias negativas para la economía nacional y el empleo.
En muchas de esas expresiones de rechazo, los voceros del sector pesquero también mencionaban que era cierto que hay cosas para mejorar o modificar, aunque eso no significaba avanzar hacia el descalabro que planteaba dicha ley.
Con la retirada del capítulo pesquero, se abre una ventana de oportunidad para que el sector pesquero reflexione y confronte las realidades muchas veces tapadas y silenciadas de su propia actividad. Más allá de la polémica ley «ómnibus», es un momento propicio para que los protagonistas de esta industria revisen a fondo aspectos cruciales en pos del beneficio colectivo. Desde leyes laborales hasta entrega de permisos espurios; controles de fiscalización blandos, descuidos de Prefectura en los Puertos; análisis de los caladeros, seguridad a bordo, contaminación pesquera; y tantas otras cuestiones que los empresarios, trabajadores y funcionarios deberían poner más atención ahora que están más aliviados que sus negocios continuarán sin cambios.
Este compás de tranquilidad debería aprovecharse como una pausa estratégica para abordar temas esenciales que van más allá de la reciente controversia legislativa. La comunidad y el sector pesquero se beneficiarían significativamente de un análisis profundo y honesto, mirando críticamente no solo lo que la ley eliminada proponía, sino también lo que la industria puede mejorar internamente para contribuir al bienestar general. Es un buen momento para dejar de escuchar pedidos y reclamos y escuchar autocríticas.