La segunda reunión entre los gremios marítimos y las cámaras empresariales, realizada ayer en la sede de la Secretaría de Trabajo de la Nación, confirmó que el conflicto por la rebaja del salario proporcional por producción está lejos de resolverse. Aunque el encuentro se extendió por más de tres horas, las partes no se sentaron cara a cara. Los sindicatos se mantuvieron firmes en su negativa a tratar cualquier propuesta mientras los barcos sigan amarrados, y el intercambio se dio únicamente a través de los delegados de la cartera laboral.
En esta instancia, se sumaron representantes de la oficialidad, como los capitanes y maquinistas, a pedido de los gremios. Las cámaras empresarias CAPECA, CAPIP y CEPA ratificaron su intención de seguir dialogando y presentaron en el expediente un análisis de costos que justifica un ajuste del 30% en la fórmula del salario de producción. Argumentan que el costo laboral representa el 60% del total de la operación de un buque langostinero: 40% marinería, 20% oficialidad. Desde ese enfoque, afirman que sin una readecuación no es viable retomar la actividad.
Sin embargo, los gremios SOMU, SIMAPE, SICONARA y el Centro de Patrones y Maquinistas Navales rechazaron rotundamente la posibilidad de modificar el convenio vigente. Consideraron falsas las cifras presentadas por las empresas y las calificaron de “extorsivas”. También cuestionaron que se pretenda avanzar con una negociación mientras los buques siguen detenidos. En sus palabras, “no existe ninguna posibilidad de modificar los convenios”, y sostienen que el sector empresarial busca imponer condiciones bajo presión.
Ante ese escenario, la Secretaría de Trabajo dio por finalizado el encuentro sin acordar una nueva fecha. Sugirió que las partes mantengan conversaciones por fuera del ámbito oficial para tratar de acercar posiciones. Pero con las posturas tan distantes, todo indica que el conflicto continuará, mientras cientos de trabajadores siguen sin embarcarse desde hace más de ocho meses