El gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, le pidió la renuncia a su secretario de Pesca, Harold Bark, luego de que se difundiera en redes sociales que el funcionario fue detenido durante un control de tránsito en Río Gallegos por haber dado positivo en un test de alcoholemia. La medida fue anunciada por el gobierno provincial, en respuesta al incidente ocurrido en la madrugada del domingo, cuando los inspectores municipales secuestraron una camioneta oficial de la Secretaría de Pesca que Bark conducía al momento del control.
La decisión de separar a Bark de su cargo fue tomada por el ministro de la Producción, Gustavo Martínez, a quien reporta la Secretaría de Pesca, en cumplimiento de una orden directa del gobernador Vidal. Según trascendió, la medida se aceleró para evitar que el escándalo fuera utilizado políticamente por el intendente de Río Gallegos, Pablo Grasso, con quien Vidal mantiene un fuerte enfrentamiento.
La renuncia de Bark también se produjo en medio de crecientes tensiones relacionadas con el sector pesquero. La semana anterior, el ex diputado nacional Héctor Di Tulio había denunciado en la Legislatura la presencia de mafias en la industria pesquera santacruceña, instando a los legisladores a investigar a fondo la situación. «Pónganse con el tema de la pesca», advirtió Di Tulio, generando mayor presión sobre el gobierno provincial.
A pesar de que la administración Vidal había mostrado interés en fortalecer el sector pesquero, con recientes reuniones entre funcionarios, gremios y empresas, así como un encuentro entre el propio gobernador y el Subsecretario de Pesca de la Nación, Juan Antonio López Cazorla, la gestión de Bark ya estaba bajo escrutinio. La combinación del escándalo del test de alcoholemia y un desempeño considerado subóptimo terminó sellando el destino de Bark en el gobierno provincial.