Mientras la flota permanece amarrada y el conflicto entre empresas y gremios parece no encontrar una salida, el empresario Damián Santos puso en cifras lo que se está dejando atrás. Según el gerente general del Grupo San Isidro, la paralización de la temporada nacional de langostino ya generó pérdidas millonarias para el sector. Solo en los primeros siete días de junio, las tripulaciones dejaron de percibir $10.500 millones.
La cifra resume la magnitud de un conflicto que atraviesa al sector pesquero de punta a punta. “Clientes del exterior esperando para pagar 5,5 dólares el kilo de langostino, precio que permitiría estar pescando desde el 1 de junio a más de 100 barcos”, publicó Santos en su cuenta de X. La falta de acuerdo no solo frena los ingresos de las empresas, también impacta de lleno en los trabajadores.
Del lado empresario explican que los costos actuales no permiten sostener la actividad. Según señalan, el valor fijado por el Convenio Colectivo de Trabajo firmado hace dos décadas quedó desactualizado frente a una realidad económica muy distinta, donde los precios internacionales del langostino cayeron notablemente. Por eso, insisten en la necesidad de modificar el esquema vigente, y proponen una rebaja en el ítem de producción que, según estiman, representa un recorte salarial de aproximadamente un 17%.
Del otro lado, los gremios resisten cualquier intento de bajar los ingresos. Sostienen que no pueden ser ellos quienes absorban el ajuste en una actividad que, pese a todo, sigue generando ganancias importantes. Sin embargo, Santos remarcó que incluso con el nuevo esquema propuesto por las empresas, un marinero estaría cobrando alrededor de $400.000 por día si pesca 12 toneladas.
Pero más allá de las cifras, lo que pesa es el tiempo que corre. La temporada no espera, los barcos no zarpan y los compradores en el extranjero aguardan sin respuestas. El conflicto, lejos de afectar solo a quienes lo protagonizan, golpea también a toda una cadena productiva que hoy está completamente detenida.