El último informe presentado en el Consejo Federal Pesquero se dio por confirmado lo que empresarios pesqueros chubutenses venían evaluando: la anchoíta sureña fue la que presentó los ejemplares de mayor talla comparada a la bonaerense, durante todo el 2021.
El dato quedó perdido como un detalle entre el amplio resumen del análisis de la temporada de calamar, el langostino y la vieira. Pero no es sino otro indicio más que incentiva a la apertura de la pesquería chubutense hacia otra especie, por fuera de la temporada del langostino.
INFORME
El informe técnico presentado en el CFP, realizado con el objetivo de contar con información sobre la explotación de la anchoíta por parte de la flota argentina en el año 2021, presenta el análisis de las estadísticas pesqueras oficiales y el estudio de muestras obtenidas del desembarque o a bordo de barcos dirigidos especialmente a la especie.
Determina que los rendimientos de anchoíta “alcanzaron 8.800 toneladas aproximadamente”, de las cuales el 63% correspondió al stock bonaerense, conformados casi en su totalidad por ejemplares adultos.
Sin embargo, confirma que “la anchoíta sureña fue la de mayor tamaño con una longitud total promedio de 160 mm, prevaleciendo individuos de los grupos de edad 2 a 6 (90%), mientras que la proveniente de aguas al norte del paralelo 41º S promedió una longitud total de 114 mm, siendo el 63% de los individuos del grupo de edad 2”.
CHUBUT, LA ANCHOA Y LOS GREMIOS
En la Provincia de Chubut hace poco más de tres años que, incipientemente, se busca avanzar en la pesquería de anchoa. Los volúmenes son poco significativos, aunque no del todo, promediando unas 1500 toneladas anuales, con un pico de 3 mil.
Ese año, el Consejo Federal Pesquero le otorgó a Chubut una reserva social de 10 mil toneladas anuales, al sur del paralelo 41°.
Al ser un pez de amplia movilidad, un día pude encontrarse una marca dentro de las 12 millas y al otro día en aguas nacionales.
La intención de la apertura es clara: diversificar la especie objetivo en los largos meses que los barcos no están pescando el producto estrella langostino. Pero la lucha, reñegan los empresarios locales, está en convencer a los trabajadores que prefieren descansar en temporada baja después de haber recaudado un buen número en el verano.
Días atrás, el delegado del SOMU en Rawson, Ramón Vera, admitió a REDES AL MAR la necesidad de “arreglar el precio para la gente, que tiene que salir a trabajar. Nunca fue nuestra intención tener los barcos parados. Hay que hablar qué es lo que proponen los empresarios para que salga a trabajar la gente”. (Ver nota: Ramón Vera: “Donde quieran aprobar la Ley de Pesca entre gallos y medianoches va a haber quilombo”)
Al respecto, el presidente de la CAFACh, Gustavo González, señaló en FM EL CHUBUT que “este año, buscado por la falta de langostino, muchos barcos están pensando que la especie va a ser anchoa”.
Además, González señaló que se está «intentando llegar a un acuerdo con los gremios y con la ayuda del Estado para fomentar el procesamiento del producto que no se hace habitualmente en Chubut, porque no hay saladero”.
Claro está también que la llave la tienen las plantas de procesamiento y en el noreste de Chubut sólo hay una empresa que se dedica a la anchoa. Y los anuncios marplatenses de desembarcar a Trelew quedaron en la nada cuando no obtuvieron los permisos de pesca.
Mientras que la inversión privada no llegue a Chubut, un avance sobre la anchoita se desaprovecharía en la región, solo aportando mayor materia prima a los saladeros de Mar del Plata.
Será interesante ver en este 2022 cómo avanzan las gestiones sobre la pesquería de anchoa en una provincia con potencial para la diversificación productiva, pero que parece abrazar cada vez más a la zafra de langostino.