El Consejo Federal Pesquero (CFP) autorizó las actividades científicas del buque británico RRS James Cook en aguas jurisdiccionales argentinas. Esta decisión, sin embargo, generó una fuerte oposición de la provincia de Chubut, que advirtió sobre los posibles impactos negativos en la ruta migratoria de la ballena franca austral, alarma a la que también se adhirió la provincia de Buenos Aires.
El pedido formal de autorización fue realizado por el Reino Unido a través de su embajada en Argentina, enmarcado en dos proyectos científicos de relevancia internacional. El primero, el Proyecto “Atlantic Meridional Transect” (AMT), tiene como objetivo investigar procesos oceanográficos, biológicos, químicos y físicos en el Atlántico Sudoccidental. El segundo, COSSMoSS (Capturing Oceanic Submesoscales, Stirring and Mixing with Sound and Simulations), busca comprender los flujos oceánicos profundos en regiones de intercambio entre cuencas.
A pesar de no contar con la participación del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) en esta campaña, el CFP solicitó la inclusión de un observador de la Armada Argentina y de investigadores de la Universidad de Buenos Aires, quienes monitorearán la fauna marina y aplicarán protocolos específicos para mamíferos marinos asociados al uso de tecnologías acústicas.
La objeción de Chubut
La provincia de Chubut, representada en el CFP por Andrés Arbeletche, expresó su firme desacuerdo con el crucero científico propuesto. Según su representante, el uso de cañones sísmicos durante las actividades podría perturbar la ruta migratoria de la ballena franca austral hacia aguas de la región, incluyendo el Golfo Nuevo para su reproducción y avistamiento. Arbeletche hizo hincapié en contemplar la fragilidad de los ecosistemas marinos frente a actividades humanas, incluso aquellas que persiguen fines científicos. La ballena franca austral, además de ser una especie clave para la biodiversidad, sostiene una importante industria del turismo con su avistamiento
Buenos Aires se sumó a la postura de Chubut, reforzando el llamado a la prudencia. Los riesgos potenciales de la investigación no se limitan a la afectación de especies emblemáticas, sino que podrían generar tensiones entre los intereses científicos, económicos y ecológicos.
El aval del CFP incluye la exigencia de que todos los datos recolectados sean compartidos prioritariamente con Argentina antes de cualquier publicación. Sin embargo, las dudas persisten.