El representante del Chubut ante el Consejo Federal Pesquero, Andrés Arbeletche, difundió un comunicado en el que expresó su preocupación por las propuestas que surgieron en el marco del actual conflicto pesquero, las cuales —según planteó— apuntan a flexibilizar las reglas de manejo del langostino y podrían afectar tanto la sustentabilidad del recurso como su valor comercial.
El principal impulsor de las presiones es la Asociación Cámara Argentina Pesquera ALFA, presidida por Mariano Retrivi.
“Pese a esto, ciertos sectores aprovechan el contexto para proponer soluciones que, en realidad, implican pescar de manera inadecuada, aumentar el esfuerzo pesquero y reducir la calidad del producto”, advirtió Arbeletche, haciendo referencia puntual a los intentos de extender el límite de 72 horas de operatividad para la flota fresquera.
En su mensaje, el funcionario recordó que si bien las tensiones salariales y los conflictos sectoriales son parte de la dinámica habitual de una actividad que oscila entre momentos de auge y crisis, no deben perderse de vista las prioridades: “Sin recurso, cualquier discusión se torna abstracta”, afirmó. Y subrayó: “Nuestras disputas sectoriales no pueden poner en riesgo un recurso que no nos pertenece, sino que compartimos con las futuras generaciones”.
Arbeletche argumentó que medidas como la extensión de los tiempos de marea terminarían afectando la calidad del langostino salvaje, con consecuencias directas en los mercados y en el posicionamiento del producto. “Esta medida, como un búmeran, volvería con una caída en el precio del producto, la pérdida de mercados, dificultades para obtener certificaciones y un incremento del esfuerzo pesquero que podría dañar el caladero”, señaló.
Además, defendió el estatus del langostino patagónico como un producto de alta gama: “Sin lugar a dudas, el langostino salvaje austral es un producto premium, incomparable con el langostino de criadero. No obstante, si permitimos que llegue al consumidor con una calidad deficiente, perderá las características que lo distinguen y terminará compitiendo en el mismo rango de valor que un producto de menor categoría”.
Para Arbeletche, la clave está en preservar esas cualidades diferenciales que no pueden competir en volumen, pero sí en excelencia: “La naturaleza impone un límite biológico máximo de captura, mientras que las granjas crecen exponencialmente. Por ello, debemos preservar las fortalezas comerciales del langostino salvaje para que se destaque en el mercado con un valor superior, como ampliamente merece”.
Finalmente, agradeció el respaldo del Consejo Federal Pesquero a la postura de la provincia del Chubut: “Agradezco a la mayoría del Consejo Federal Pesquero por haber acogido la postura de la Provincia del Chubut, manteniendo inalteradas las 72 horas de operatividad y resistiendo ante posiciones que, en estas circunstancias, considero oportunistas”.