Chubut necesita dar un paso hacia adelante y empezar a pensar en serio en la acuicultura. Así lo plantea Raúl Cereseto, quien entiende que esta actividad, bien desarrollada, puede ser la llave para diversificar la economía provincial sin reemplazar lo que ya funciona, como el langostino. Para eso, advierte, el punto de partida debe ser una ley provincial que le dé marco normativo a todo el sector.
El dirigente pone el foco en que la pesca tradicional tiene un límite biológico. “Podés tener un caladero bien administrado, podés aumentar la captura, pero hay un momento que no vas a poder sacar más. La población mundial sigue creciendo, y ahí es donde la acuicultura toma sentido. Hoy ya se vende más proteína de pescado de criadero que de pesca salvaje”, explicó en diálogo con FM EL CHUBUT.
Cereseto habló con entusiasmo sobre experiencias que ya están en marcha en otras provincias, como el desarrollo del truchón en Neuquén y Río Negro. Y no es ajeno a un detalle importante: “hay empresarios chubutenses que invirtieron allá”. Para él, eso debería ser una señal de alerta. “Chubut tiene agua, tiene mar, tiene lagos, tiene ríos. Tiene todo. Lo que le falta es una ley”, insiste.
“Cuando vos mirás los informes de la FAO, te das cuenta de que la pesca mundial no varió en los últimos años. Entonces, si la población sigue creciendo, la pregunta es: ¿de dónde va a salir la proteína del pescado? Va a venir de la acuicultura. No tengas dudas”, subrayó.
«Hay que ir a la acuicultura de peces y crustáceos, hay que mirar ahí, está ocurriendo en otras provincias y nosotros no podemos quedarnos atrás”

Plantea también que los parques nacionales condicionan el uso de ciertos cuerpos de agua, pero remarca que eso no tiene por qué ser un obstáculo si se trabaja con planificación y cuidado ambiental. “La pesca no es enemiga del turismo ni del medio ambiente. No son cuestiones antagónicas”, afirma. En esa línea, menciona tecnologías como el sistema RAS, que permite recircular agua de mar, ríos o lagos para criar especies manteniendo la calidad y condiciones ideales del agua.
Sobre los lugares con más potencial, no duda: “Camarones es el mejor sitio para desarrollar la acuicultura”. Y en cuanto a especies, apuesta a la trucha como la opción más accesible, aunque también menciona desafíos mayores como el pez limón y la producción de mejillones. Todo, según aclara, sin descuidar el presente: “Hoy estamos trabajando para cuidar lo que tenemos, como el langostino, que es clave para miles de empleos. Pero eso hay que complementarlo”.
“Eso es cuidarlo y rentabilizarlo. Y eso requiere diálogo”, dijo sobre el recurso más importante de la provincia hoy.
“Pero hay que mirar más allá. Hay que ir a la acuicultura de peces y crustáceos, hay que mirar ahí, está ocurriendo en otras provincias y nosotros no podemos quedarnos atrás”, agregó.
“El techo te lo da la sostenibilidad. Y el futuro está en la acuicultura”, concluye.