El secretario de Pesca de Chubut, Andrés Arbeletche, dejó en claro dos cosas: no está dispuesto a cambiar las reglas del juego que rigen la pesquería de langostino y, al mismo tiempo, quiere que la temporada en aguas nacionales arranque cuanto antes. Se refirió sobre el conflicto con los gremios, las presiones empresariales y las carencias del Estado a la hora de impulsar la industria pesquera.
“Mi postura va a ser favorable a que se pueda iniciar la temporada cuanto antes”, sostuvo, al ser consultado sobre si pedirá la apertura anticipada de la zafra. Dijo que esa decisión se toma en el seno del Consejo Federal Pesquero, pero él cree que abrir el mar podría ayudar a destrabar el conflicto. “Si se abre la temporada, va a obligar a que las partes se sienten. Lo que sucedió en Chubut fue similar, al acercarse las fechas de apertura, las negociaciones fueron más rápidas”, explicó.
El conflicto actual, según reconoció «perjudica de manera importante a la provincia, sobre todo al sector de la estiba”, dijo. Aunque aclaró que, tras una temporada fuerte en Rawson, hay stock en las cámaras que puede usarse para reproceso, por lo que “no es un daño gravísimo como para que las plantas no puedan trabajar”. Aun así, afirmó que le pidió a Nación que convoque a la Provincia para ayudar en una posible mediación.
Sobre la presión de algunos empresarios fresqueros que reclaman modificar el plan de manejo del langostino, fue tajante: “Estamos absolutamente en contra”. Para Arbeletche, no se trata de sacar más kilos, sino de cuidar lo que ya se tiene. “Hoy lo que se trata es de pescar mejor, no de pescar más”, aseguró. Y explicó que si se aumentan las horas de pesca, se empeora la calidad del producto. “Llega un producto con melanosis. Es un producto que no se vende bien y deteriora la calidad, que es lo que termina haciendo bajar el precio a todo el langostino nuestro”.
Aseguró que las medidas actuales “demostraron ser muy buenas, tanto en preservar el recurso como en mantener los valores de comercialización”. En cuanto a la velocidad de arrastre y las sanciones por posibles infracciones, se mostró más flexible: “Habría que revisar que los sumarios se realicen con mayor cautela y que no se imputen sanciones en casos dudosos”.
En cuanto al desafío de industrializar más el langostino y acercarse a un producto listo para consumir, Arbeletche en diálogo con Revista Puerto reconoció que antes pensaba que era imposible competir con países de mano de obra barata. Pero su percepción cambió. “Tenemos empresas que tienen base en Puerto Madryn y el proceso final lo hacen en España. Son productos impresionantes, con salsa, manteca, para microondas”. Y contó lo que le respondieron cuando preguntó cómo lo lograban si Europa es más cara: “La única diferencia que hay es la eficiencia del personal”.