La historia no es nueva. De hecho, se repite en cada ventana entre las temporadas de aguas provinciales y nacionales de langostino: empresarios, gremios y el Estado se reúnen para acordar la captura de merluza y así garantizar el pleno empleo durante todo el año. Pero los números no les cierran a todas las partes por la baja rentabilidad de la especie, y termina otra temporada sin pescar al sur. ¿Por qué nunca hay acuerdo? ¿Cuánto influye en ese desacuerdo el sistema de trabajo informal de Mar del Plata? ¿Cuándo habrá una solución real y no reuniones para la foto?
REDES AL MAR adelantó el pasado Viernes Santo de la falta de acuerdo paritario salarial entre la CAFACh y el SOMU para salir a la pesca de merluza en aguas provinciales frente a Comodoro Rivadavia.
Sin resolución durante el fin de semana largo, el problema comenzó a tomar relevancia de la mano de los reclamos sindicales por una alta desocupación, y los diferentes actores de la pesquería provincial comenzaron a fijar una postura crítica al respecto.
En tanto, el Secretario de Pesca de la Provincia de Chubut, Gabriel Aguilar, analizó este freno a la pesca de merluza como una problemática que la cobran las plantas de procesamiento y, por ende, los mismos trabajadores que dependen de ella para hacer una diferencia fuera de la temporada de langostino.
Admitió ayer que “todavía no tenemos un acuerdo firmado entre propietarias y armadoras con el SOMU y por ende todavía no podemos poner pescado en las plantas para que el STIA tenga continuidad laboral”, explicó al aire de Radio 3.
Agregó que “tenemos 11 embarcaciones que querían salir a capturar merluza pero siempre tenemos una capacidad superior de captura a la que se puede procesar”.
Este lunes en una reunión en Rawson, los gremios, el Estado y los empresarios afinaron el lápiz y repasaron las cuentas para pescar merluza. El objetivo fue acercar las posturas, aunque no hubo definiciones.
Estos desacuerdos no hacen más que dejar en evidencia las posibilidades que otorga el langostino. Su alto valor en el mercado claramente resiste los tironeos en las discusiones paritarias.
Al respecto, Aguilar también señaló que “hay que distribuir el costo de lo que representa la merluza a nivel internacional y que cada gremio pueda participar un poco sin pasarse del valor que marca el mercado”.
¿La competencia en el mercado son las cooperativas de Mar del Plata?
Si bien la política pesquera en Chubut merece su cuota de análisis en detalle, hay estudiar el margen de rentabilidad de una especie como la merluza dentro de un mercado donde las leyes son desparejas.
No hay que ser Contador para entender que bajo un trabajo registrado y en blanco es muy difícil competir en un mercado interno contra un trabajo informal.
La ubicación estratégica que tiene Mar del Plata, además, respecto a Brasil, principal objetivo de exportación, marcan una diferencia desigual que termina sin lugar a dudas repercutiendo en las discusiones pesqueras chubutenses.