La acción fue puesta al descubierto por la organización ambientalista Greenpeace, que detectó la actividad en la zona del Agujero Azul, a unos 400 km de la Península Valdes.
La organización ambientalista Greenpeace puso al descubierto un trasbordo realizado entre dos barcos pesqueros en altamar.
Sus activistas, desde el agua y con el mensaje “Protegé el Mar Argentino”, expusieron las prácticas que realizan estos pesqueros.
La operación, por la cual un barco pesquero descarga su captura a un buque frigorífico que luego se encarga de transportar a puerto, fue detectada por activistas de la organización, que están a bordo del barco Arctic Sunrise.
Ocurrió en una zona del Agujero Azul, fuera de la zona económica exclusiva argentina aunque sí sobre la plataforma extendida de jurisdicción nacional. Esta actividad se estaba realizando a 400 km al sudeste de la Península Valdés.
De acuerdo a la plataforma Global Fishing Watch, entre el 19 de diciembre de 2021 y el 19 de marzo de este año, han existido 258 encuentros entre buques que pueden corresponder a transbordos en altamar en el Agujero Azul.
Los transbordos habilitan el blanqueo de capturas provenientes de pesca ilegal, no regulada o no declarada.
“Los transbordos en altamar permiten que las flotas operen fuera de la vista de las autoridades, lo que facilita que oculten capturas ilegales y estén más tiempo sin regresar a puerto. Eso aumenta significativamente las operaciones de pesca y la probabilidad de abusos de los derechos humanos”, mencionó Luisina Vueso, coordinadora de la campaña de océanos de Greenpeace.
La pesca intensiva, la afectación constante del fondo marino y su diversidad, la facilitación de prácticas comerciales cuestionables por la falta de regulaciones eficientes en altamar y la falta de trazabilidad en la cadena de custodia de las capturas realizadas son algunos de los puntos críticos que se destacan.
“Por todos estos motivos, el Agujero Azul es un foco mundial de lo que llamamos pesca ilegal, no declarada y no regulada, una de las principales amenazas que hoy acechan a los océanos. Este año, tenemos la oportunidad de lograr un Tratado Global de los Océanos. Este acuerdo es crucial, ya que nuestra vida en el planeta depende de océanos sanos. De esta manera, se gestionarán herramientas para crear santuarios marinos más allá de la jurisdicción de los países ribereños. No lograrlo, sería un fracaso”, agregó Vueso.
El barco Arctic Sunrise se encuentra desde hace varias semanas realizando un trabajo de investigación y monitoreo de sobrepesca en el Agujero Azul, como parte de su campaña para la protección del Mar Argentino.
El ecosistema en el Agujero Azul
El Agujero Azul es una zona de aguas internacionales que se ubica aproximadamente a 500 km al este del Golfo de San Jorge.
Allí, la plataforma continental argentina se extiende más allá de la Zona Económica Exclusiva (ZEE), que se expande hasta las 200 millas náuticas de la costa, lo que la hace un área relativamente de poca profundidad en el contexto de las aguas internacionales.
El Agujero Azul, que es un ejemplo relativamente poco común de un área de aguas internacionales que están ubicadas en parte en la zona nerítica (es decir, aguas menos profundas sobre la plataforma continental), se considera de muy alto valor desde un punto de vista biológico.
Es vital para el ciclo de vida de muchas especies, incluidas algunas especies amenazadas y hábitats críticos, y tiene altos niveles de endemismo, exclusividad o excentricidad y diversidad biológica.
El área es también rica en nutrientes, que son llevados hacia allí por las corrientes de agua ascendentes formadas en el borde de la plataforma continental. Junto a la luz solar que penetra las aguas relativamente poco profundas, la vida marina prospera.