La falta de actividad en la temporada de langostino en aguas nacionales no solo mantiene a los barcos en tierra, también empieza a sentirse en los puertos, particularmente en Madryn, que es el que más descarga langostino congelado a bordo en toda la Argentina. Diego Pérez, titular de la Administración Portuaria de Puerto Madryn, lo resumió de forma clara: sin barcos en el agua, no hay negocio para nadie.
“El impacto es directo”, dijo Pérez. Y no se refiere solo a las estadísticas. Para el puerto, para las empresas, para los trabajadores, e incluso para el Estado, la situación actual representa una pérdida desde todos los ángulos. “No es negocio para el Estado, porque no entran divisas; no es negocio para el empresario, porque los barcos no están pescando; y no es negocio para el trabajador, porque está en tierra hace más de siete meses”, graficó.
Pérez remarcó que son continuas las conversaciones con actores del sector privado, y que desde la Administración Portuaria están trabajando para aportar soluciones, aunque el centro del problema los excede: “Lo venimos trabajando, queremos ver de qué manera se puede destrabar todo esto”, explicó.
Puerto Madryn no solo lidera en descargas de langostino congelado, también representa un motor económico clave para toda la región: “No es solo importante para la ciudad, sino para toda la zona”, sostuvo.
Mientras tanto, la imagen es la misma desde hace semanas: barcos amarrados. “Si uno escucha una campana o escucha la otra, todos tienen razón, pero la realidad es una sola: los barcos están parados”, expresó. Y cerró con una frase que resume la urgencia del momento: “Estamos en el peor de los mundos. Necesitamos armar una mesa de trabajo y empezar a buscar soluciones. Hay que dejar de trabajar sobre los problemas”.
Temporada de calamar: una postal diferente
En contraste con la parálisis del langostino, la campaña de calamar viene dejando buenos resultados. “Estamos promoviendo una muy buena temporada, con números que nos acompañan”, contó Pérez.
Según explicó, años atrás Madryn tenía serias dificultades para competir con Mar del Plata o Puerto Deseado en términos de servicios para el calamar. Pero esa brecha empezó a achicarse. “Tomamos nota, el sector privado invirtió muchísimo en cintas transportadoras y herramientas, para mantener el ritmo de descarga. Hoy estamos con un buen ritmo, y eso era un reclamo generalizado”.
Gracias a eso, Madryn se consolidó como un punto estratégico también para esta especie. “Son empresas más satélites, que no están atadas a plantas como pasa con otras especies, y eligieron descargar acá porque mejoramos el servicio”, explicó.